Operador Económico Autorizado

Nuestra empresa 

Prestar servicios relacionados con el comercio exterior es nuestra actividad. Nos dedicamos principalmente al asesoramiento y a la representación aduanera, pero la logística y la consignación de mercancías y de los medios de transporte no  nos son ajenas. Al contrario que la mayoría de las empresas de nuestro sector, la aduana es nuestro centro y el resto es accesorio, no obstante, ya vamos por la cuarta generación de agentes de aduanas y todavía seguimos haciendo lo mismo. Al menos sí sabemos qué es lo que nos gusta y en el mundo aduanero nos encontramos como pez en el agua.

Un poco de historia y de desencuentros

Hace más de 100 años Fernando Soler Zubiri fundó nuestra agencia de aduanas, bueno, no exactamente. Decidió no continuar con el negocio familiar de servicios financieros y ganarse la vida con la comisión de tránsitos, percibiendo retribuciones por intermediar en las mercancías que llegaban al Puerto de Vigo y se reexpedían a otras plazas, recaudando para la Hacienda las tasas correspondientes. Los agentes de aduanas de la época percibían principalmente sus comisiones por aforar y recaudar los impuestos a los géneros que se quedaban en la plaza, aunque en la práctica unos y otros realizaban un trabajo muy parecido, sin una regulación propia que los distinguiese claramente en sus quehaceres.

Ya entonces los comisionistas de tránsito, paradojas de la vida,  estaban enfrentados a los agentes de aduanas, unos y otros se quejaban de la intromisión en las funciones de los otros y los unos. Aunque la actividad transitaria no estaba regulada entonces y no existía como tal (el parecido con la actual se reduce a la terminología), podría verse en aquellos enfrentamientos cierta semejanza con la actualidad en la que los agentes de aduanas y los transitarios no se entienden. Quizás en el mundo de la representación aduanera estamos condenados a que existan distintas visiones irreconciliables, es como si las distintas posturas sobre la representación aduanera estuviesen en los genes. Pero no deberíamos seguir hablando de esto ni tomar posición, no en estas páginas dedicadas a los unos y a los otros, a sus proveedores, a sus clientes y a quien debe crear y supervisar el marco donde todos nos movemos.

En el año 1919 se hicieron los primeros intentos para regular la profesión de agente de aduanas, existían asociaciones y federaciones que establecían tarifas y tasas en las distintas aduanas, pero no fue hasta el final del año 1922 cuando mediante Real Decreto se forzó la creación de colegios oficiales allá donde existiese una aduana y al menos 5 agentes de aduanas, dejando para unos meses después la creación del Consejo Superior de los Colegios, precursor en cierta medida de lo que posteriormente llegó a ser el Consejo General de Colegios.

Los agentes de aduanas ya tenían regulación, pero los reexpedidores de géneros a otras plazas seguían igual, hacían lo mismo que venían haciendo y lo hacían, al menos, desde hace tanto tiempo como los agentes de aduanas hacían su trabajo. Pero como no lo eran, se distinguían agrupándose bajo la denominación no oficial de comisionistas de aduanas.

No fue hasta el año 1943 cuando por fin se reguló la profesión en su conjunto, la de todos, obligando a la colegiación de unos y otros en un Colegio Oficial de Agentes y Comisionistas de Aduanas (que ya debería existir o que debía crearse) en la aduana de la demarcación donde se ejercía la profesión.

Y así fue hasta hace apenas una década y media cuando fue liberalizada la representación aduanera (aunque sólo en una de sus modalidades), dando la entrada en la representación aduanera a otros colectivos como el de los transitarios que tienen regulada su actividad mediante la Ley de ordenación del transporte terrestre de 1987 que creó esta profesión para un trabajo que hasta entonces desempeñaban algunos afiliados (pocos) a las ATEIAS (pocas). Actividad que antes de la LOTT también desempeñaban algunos consignatarios y agentes de aduanas, tanto es así, que muchos de ellos obtuvieron la nueva titulación necesaria por convalidación, demostrando que ejercían esas funciones antes de la regulación del nuevo oficio de transitario.

Y volvieron los enfrentamientos. En aras de liberalizar la profesión de la representación aduanera la administración otorgó parecidas funciones a distintos colectivos, les dejó jugar al mismo juego pero con barajas distintas, sin posibilidad de jugar juntos, lo que provocó nuevos enfrentamientos, unos por intentar mejorar sus condiciones y otros por intentar mantener sus privilegios, pero sobre todo, por la distinta manera de ver la profesión.

Para unos, el acceso estaba regulado por unas convocatorias dejadas al criterio de la administración aduanera, con exámenes y cursos aduaneros incluidos, para otros con un simple examen para obtener un título que está más relacionado con la logística y el transporte que con el mundo aduanero. Unos registrados y regulados por la Hacienda Púbica, los otros por departamentos ministeriales de Industria. Unos con la auto-consideración de verdaderos profesionales, los otros auto-considerados los dueños del negocio y los impulsores del comercio exterior.

Decíamos antes que no queríamos hablar de estos desencuentros y mucho menos tomar posición. Agentes de aduanas los hay buenos y malos, como en toda actividad, la mayoría de ellos son también transitarios y/o consignatarios y/o agentes de transportistas y/o almacenistas y/o… Hay muy pocos agentes de aduanas que sólo son eso, y es así porque es difícil ofrecer un poco de un todo por muy especializado que sea ese poco, un error de los agentes de aduanas, pues no han sabido trasmitir a sus clientes la necesidad de la especialización en ese poco. Transitarios también los hay buenos y malos, como no, y podríamos hacer otra cadena de “y/o” similar a la anterior.

Los agentes de aduanas ven a los transitarios como intrusos en su profesión de la representación, auto-considerándose, como dijimos, como los únicos auténticos profesionales capacitados para la representación y el asesoramiento aduanero, los únicos con una cualificación profesional precisa en el ámbito aduanero. Y eso parece que es verdad, pues es (era) su exclusiva actividad, pero ya no es cierto en la actualidad, aunque quizás sí fue así cuando el transitario empezó a ejercer la representación aduanera. Todos conocemos a magníficos profesionales aduaneros en algunos departamentos de empresas transitarias, y el que diga lo contrario no dice la verdad.

El objetivo

Nuestra empresa, aunque con la titulación necesaria, no ejerce la actividad de transitario directamente, dirigimos a nuestros clientes necesitados de organización de transporte a nuestros mejores clientes transitarios, y lo hacemos bien, elegimos con total libertad, sin vínculos ni lastres, con el mejor precio y servicio en cada caso.

Nos dedicamos a la aduana, de pleno. Ejercemos sin ataduras la representación aduanera, el asesoramiento a nuestros clientes representados y a otros que no representamos, también a bufetes y organizaciones, asesoramos a nuestros clientes sobre qué operación aduanera es la más adecuada para cada necesidad de comercio exterior, ofrecemos y aconsejamos lo que es mejor antes de que se realicen las operaciones aduaneras, pero también asesoramos después, cuando las cosas no se han hecho bien y hay que solucionar los problemas originados por otros, y eso, aunque se nos llene la boca, eso sí lo hacemos bien.

Estas páginas son para los agentes de aduanas y para los transitarios, también para los consignatarios y los agentes de las navieras, para los agentes de carga, transportistas y los clientes de todos, la administración y los curiosos. Todos tienen cabida aquí. Es nuestro deseo que este punto de encuentro sea conciliador, enriquecedor en la labor de cada cual y que los distintos sectores nos ayudemos a conocernos mejor.

No encontrarás en estas páginas los tipos y medidas de los contenedores de 20 y 40 pies ni su uso esperado, tampoco podrás calcular cuantas cajas caben en ellos, no encontrarás las tablas de los Incoterms ni las obligaciones y responsabilidades de los compradores y vendedores, ni siquiera verás nuestro catálogo de servicios o nuestra cartera de clientes. No haremos una relación exhaustiva de los destinos aduaneros y los distintos regímenes aduaneros a los que vinculamos los envíos de nuestros clientes (qué poco saben muchos que escriben), no queremos en estas páginas cantar las excelencias de nuestra empresa, decirte lo que hacemos y lo bien que lo hacemos, damos por supuesto que quien lee esto ya lo sabe. O si, a lo mejor sí puedes leer todo eso que decimos que no está, a lo mejor lo encuentras si lo sabes buscar, pero no nos verás mirándonos el ombligo, ya hay demasiadas páginas dedicadas a la autocomplacencia y al egocentrismo. Y si no lo encuentras y quieres saberlo, pregúntalo.

Porque este es el verdadero fin de estas páginas. Dar información a quien quiere tenerla, información que daremos nosotros y que también darán los usuarios, verdaderos protagonistas, a través del Blog participando y comentando las entradas o del Foro iniciando o participando en las discusiones.

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